Los orígenes del cristianismo
El cristianismo, una de las mayores religiones del mundo, tiene sus orígenes en el judaísmo del primer siglo de nuestra era.
Jesús de Nazaret: El Fundamento
La figura central del cristianismo es Jesús de Nazaret, reconocido como el Mesías (Cristo en griego) prometido en las Escrituras hebreas. Jesús era Judío, creció y vivió en una sociedad Judía dominada por el imperio Romano. La mayoría de lo que sabemos sobre Jesús proviene de los Evangelios del Nuevo Testamento, escritos en griego por diferentes autores en la segunda mitad del primer siglo.
¿Qué dijo Jesús de el mismo?
Jesús habla de sí mismo y de su identidad en varios pasajes en los Evangelios. A través de sus palabras, parábolas y discursos, Jesús revela aspectos de su misión, su naturaleza y su relación con Dios Padre. A continuación, se destacan algunos de los textos bíblicos más significativos donde Jesús habla de quién es Él:
Evangelio según San Juan
Juan 6:35: "Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás."
Juan 8:12: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida."
Juan 10:11: "Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas."
Juan 10:30: "Yo y el Padre uno somos."
Juan 11:25: "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá."
Juan 14:6: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí."
Juan 14:9: Jesús le dijo: "Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, ¿y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: Muéstranos el Padre?"
Juan 15:1: "Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador."
Evangelio según San Mateo
Mateo 16:15-17: Cuando Jesús pregunta a sus discípulos quién dicen que es Él, Pedro responde: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente". Jesús afirma que esta revelación ha sido dada por Dios Padre.
Evangelio según San Marcos
Marcos 14:61-62: Durante su juicio ante el sumo sacerdote, Jesús afirma ser el Mesías y el Hijo de Dios, diciendo: "Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo."
Evangelio según San Lucas
Lucas 4:18-21: Jesús lee en la sinagoga de Nazaret un pasaje de Isaías y afirma que se ha cumplido en Él, indicando su misión mesiánica de traer buenas nuevas a los pobres y libertad a los cautivos.
Estos pasajes reflejan la diversidad de formas en que Jesús se presentó a sí mismo y reveló su identidad divina y mesiánica. A través de sus "Yo soy" en el Evangelio de Juan, Jesús no solo se identifica con actividades o roles mesiánicos, sino que también hace eco del nombre divino revelado a Moisés en el Antiguo Testamento (Éxodo 3:14), profundizando su identidad como el Hijo de Dios y estableciendo su unidad con el Padre.
Jesús y su naturaleza divina
La divinidad de Jesucristo se presenta en varios textos del Nuevo Testamento, donde se le atribuyen títulos, acciones y características que revelan su naturaleza divina. Aquí hay algunos ejemplos significativos:
Evangelio según San Juan
Juan 1:1, 14: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios... Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad."
Juan 8:58: "Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo, antes que Abraham fuese, yo soy." Aquí Jesús utiliza el "Yo soy", evocando el nombre divino revelado a Moisés en el Antiguo Testamento (Éxodo 3:14), lo cual sugiere su existencia eterna y su identidad divina.
Juan 20:28: Tomás, uno de los discípulos, se dirige a Jesús como "Señor mío y Dios mío" tras su resurrección, reconocimiento que Jesús acepta.
Cartas de Pablo
Filipenses 2:5-11: Pablo describe a Jesús como quien, siendo en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se humilló a sí mismo. Este pasaje es interpretado como una afirmación de su naturaleza divina.
Colosenses 1:15-17: Pablo escribe que Jesús es "la imagen del Dios invisible", por quien y para quien fueron creadas todas las cosas, indicando su preexistencia y su participación en la creación.
Hebreos
Hebreos 1:3: Se describe a Jesús como "el resplandor de su gloria y la imagen exacta de su sustancia", sosteniendo todas las cosas con la palabra de su poder, lo que subraya su divinidad y su papel en el mantenimiento del universo.
Apocalipsis
Apocalipsis 1:17-18: Jesús se identifica como "el Primero y el Último", una expresión que evoca la descripción de Dios en el Antiguo Testamento, y declara tener las llaves de la muerte y del Hades, señalando su autoridad sobre la vida y la muerte.
Estos textos, entre otros, forman la base bíblica para la doctrina cristiana de la Trinidad y la creencia en Jesucristo como la segunda persona de la Trinidad, plenamente Dios y plenamente humano. La enseñanza de la divinidad de Jesús es fundamental para la fe y teología cristiana, reflejando su papel central en la salvación y su relación única con Dios Padre.
La Misión de Jesús
La misión de Jesús es un tema central en los Evangelios, donde se describe su propósito divino, su ministerio terrenal y su papel como el Mesías. Varios pasajes destacan diferentes aspectos de su misión:
Evangelio según San Mateo
Mateo 5:17: "No penséis que he venido para abrogar la Ley o los Profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir."
Mateo 9:13: "Id, pues, y aprended qué significa: 'Misericordia quiero, y no sacrificio'. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento."
Mateo 20:28: "Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos."
Evangelio según San Marcos
Marcos 1:38: Jesús dijo: "Vamos a otra parte, a las aldeas cercanas, para que predique también allí; porque para esto he venido."
Marcos 10:45: "Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos."
Evangelio según San Lucas
Lucas 4:18-19: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor."
Lucas 19:10: "Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido."
Evangelio según San Juan
Juan 3:16-17: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvado por él."
Juan 10:10: "El ladrón no viene sino para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia."
Juan 12:46-47: "Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. Y si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo."
Estos textos reflejan la diversidad de la misión de Jesús: cumplir la ley y los profetas, llamar a los pecadores al arrepentimiento, servir y dar su vida como rescate, anunciar el reino de Dios, sanar y liberar a los oprimidos, y ofrecer salvación y vida eterna a la humanidad. A través de sus enseñanzas, milagros y acciones, Jesús manifiesta el amor y la misericordia de Dios, cumpliendo su misión redentora.
En conclusión Jesús ha sido el único que ha podido mostrarnos plenamente el verdadero carácter y amor del único Dios padre creador del universo.
El Judaísmo
Para comprender mejor la importancia de Jesús como el Mesías es necesario saber que Jesús era Judío y por lo tanto es de vital importancia conocer que es el Judaísmo y el pueblo de Israel.
El judaísmo es la primera, única y verdadera religión monoteísta que cree en un Dios creador de todo lo que existe y es la más antigua del mundo, con una historia rica y compleja que se extiende por más de 3,000 años.
Su origen se remonta a los patriarcas bíblicos Abraham, Isaac y Jacob, quienes se consideran los fundadores del pueblo de Israel y de su fe en un solo Dios. La historia del judaísmo y del pueblo de Israel se puede resumir en varias etapas clave:
Orígenes y Formación (aprox. 1800 a.C. - 1200 a.C.)
El judaísmo comienza con las historias y pactos entre Dios y los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob, seguido por el período de los doce tribus de Israel. La esclavitud del pueblo hebreo en Egipto y su posterior éxodo bajo el liderazgo de Moisés, quien recibió la Torá (ley) en el Monte Sinaí, son fundamentales para la identidad y fe judía.
Periodo de los Jueces y los Reinos Unido y Dividido (aprox. 1200 a.C. - 586 a.C.)
Tras entrar a la Tierra Prometida (Canaán), el pueblo de Israel estuvo inicialmente gobernado por jueces. Después, se estableció el reino unido bajo Saúl, David y Salomón. Tras la muerte de Salomón, el reino se dividió en Israel (norte) y Judá (sur).
Exilio y Retorno (586 a.C. - 539 a.C.)
La conquista babilónica de Judá llevó a la destrucción del Primer Templo en Jerusalén y al exilio babilónico. El retorno del exilio fue posible gracias al edicto del rey persa Ciro el Grande, permitiendo la reconstrucción del Templo (Segundo Templo).
Periodo del Segundo Templo (539 a.C. - 70 d.C.)
Este período abarca desde el retorno del exilio hasta la destrucción del Segundo Templo por los romanos en el año 70 d.C. Fue una época de intensa actividad religiosa, desarrollo del canon bíblico hebreo, y la aparición de sectas judías como los fariseos, saduceos y esenios.
Cabe resaltar que este periodo nació Jesús y de acuerdo a los Evangelios no hacia parte de las sectas judías de los fariseos ni de los saduceos. Su forma de vida. sus enseñanzas y varios detalles consignados en los Evangelios y en los escritos del historiador Flavio Josefo muestran evidencia que sugiere que pudo ser parte de los esenios o ser mas cercano a esta secta.
Dado que las sectas dominantes de los fariseos en ese tiempo rechazaron a Jesús como el Mesías, ese fue un punto de quiebre para muchos judíos hoy día no conozcan la existencia de Jesús y de que fue judío.
Dispersión y Diáspora (70 d.C. - presente)
Tras la destrucción del Segundo Templo, el judaísmo se transformó, centrando su vida religiosa en la sinagoga y en la Torá, con la figura del rabino como líder espiritual. A lo largo de los siglos, las comunidades judías se dispersaron por el mundo, enfrentando períodos de florecimiento cultural así como persecuciones.
Modernidad y el Estado de Israel (siglo XIX - presente)
El siglo XIX vio movimientos como el Haskalá (Ilustración judía) y el sionismo, que abogaba por el retorno judío a Palestina como respuesta al antisemitismo europeo. Tras el Holocausto en la Segunda Guerra Mundial, se estableció el Estado de Israel en 1948, marcando un momento crucial para el pueblo judío.
A lo largo de su historia, el judaísmo ha mantenido una identidad religiosa, cultural y étnica distintiva, adaptándose y sobreviviendo a cambios significativos, conflictos y la diáspora, preservando sus tradiciones, su fe en un solo Dios y su esperanza en un futuro mesiánico.
Las profecías sobre Jesucristo
Hoy podemos leer y también interpretar mas fácilmente las profecías sobre Jesucristo antes de su nacimiento, las cuales se encuentran a lo largo del Antiguo Testamento, reflejando expectativas mesiánicas que se desarrollaron en el pueblo de Israel. Estas profecías abarcan diversos aspectos de su vida, ministerio, muerte y significado mesiánico. A continuación, se presentan algunos de los textos bíblicos más destacados que profetizaron y hablaron sobre Jesús antes de su nacimiento:
Génesis 3:15 - La promesa de un descendiente que aplastará la cabeza de la serpiente, interpretada como la primera mención de un redentor.
Génesis 12:3; 18:18; 22:18 - Las promesas hechas a Abraham, de que en su descendencia todas las naciones de la tierra serían bendecidas.
Génesis 49:10 - La profecía de que el cetro no se apartará de Judá hasta que venga el que le es debido (Shiloh), y a él se congregarán los pueblos.
Números 24:17 - La profecía de Balaam sobre una estrella que saldrá de Jacob y un cetro que se levantará de Israel.
Deuteronomio 18:15, 18 - La promesa de un profeta como Moisés, a quien el pueblo debe escuchar.
2 Samuel 7:12-16 - La promesa a David de que su descendencia establecería un reino eterno.
Salmo 2 - Un salmo mesiánico que habla del ungido (Mesías) del Señor.
Salmo 22 - Un salmo que describe el sufrimiento y la esperanza, interpretado como una prefiguración de la pasión de Cristo.
Salmo 110 - Un salmo que presenta a un rey sacerdote eterno, según el orden de Melquisedec.
Isaías 7:14 - La profecía de la virgen que concebirá y dará a luz un hijo llamado Emanuel.
Isaías 9:6-7 - El anuncio de un niño que nacerá, sobre cuyos hombros estará el gobierno, llamado Maravilloso, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Isaías 11:1-10 - La promesa de un retoño que saldrá del tronco de Isaí, lleno del Espíritu de Dios, que traerá justicia y paz.
Isaías 53 - Una descripción detallada del sufrimiento del siervo de Yahveh, interpretada como una prefiguración del sufrimiento de Cristo.
Jeremías 23:5-6 - La promesa de un rey justo, descendiente de David, que reinará con sabiduría.
Miqueas 5:2 - La profecía de que de Belén saldrá el gobernante de Israel, cuyos orígenes son desde tiempos antiguos.
Zacarías 9:9 - La visión de un rey justo y victorioso, humilde y montado en un asno.
Malaquías 3:1; 4:5-6 - La promesa del mensajero que preparará el camino del Señor y la venida de Elías antes del gran día del Señor.
El Cristianismo
Se basa en las enseñanzas, la vida, la muerte y la resurrección de Jesucristo. Para entender los orígenes del cristianismo, es esencial adentrarse en diversos aspectos históricos, culturales y teológicos que marcaron su nacimiento y expansión.
Contexto Histórico y Geográfico
El cristianismo nació en la región del Levante, particularmente en Judea, bajo el dominio del Imperio Romano. Esta época se caracterizaba por una rica diversidad cultural y religiosa, así como por tensiones políticas y sociales. Los judíos esperaban la llegada de un Mesías que liberaría a Israel del yugo romano y establecería un reino de paz y justicia. En este contexto, Jesús de Nazaret comenzó su ministerio público, proclamando el advenimiento del Reino de Dios.
La vida y ministerio de Jesucristo, según el Nuevo Testamento, abarcó numerosos lugares a lo largo de la región del Levante, especialmente dentro de lo que hoy conocemos como Israel y los territorios palestinos. A continuación, se presenta una lista de algunos de los lugares más significativos donde Jesucristo estuvo, de acuerdo con los relatos evangélicos:
Belén: Lugar de nacimiento de Jesús, según los Evangelios de Mateo y Lucas.
Nazaret: Ciudad donde Jesús creció y vivió la mayor parte de su vida antes de comenzar su ministerio público.
Río Jordán: Lugar donde Juan el Bautista bautizó a Jesús.
Desierto de Judea: Jesús pasó 40 días aquí, siendo tentado por el diablo.
Cana de Galilea: Sitio del primer milagro de Jesús, donde convirtió el agua en vino durante una boda.
Capernaúm: Considerada como el centro de las actividades ministeriales de Jesús en Galilea; realizó sanaciones y enseñanzas.
Mar de Galilea (también conocido como Lago de Genesaret o Lago Tiberíades): Jesús realizó varios milagros aquí, incluyendo caminar sobre el agua y calmar una tormenta.
Monte de las Bienaventuranzas: Tradicionalmente identificado como el lugar donde Jesús pronunció el Sermón de la Montaña.
Samaria: Jesús viajó a través de Samaria, donde habló con la mujer samaritana en el pozo de Jacob.
Betania: Jesús visitó y se hospedó aquí con sus amigos Lázaro, Marta y María.
Jerusalén: Escenario de varios eventos importantes, incluyendo la Última Cena, su juicio, crucifixión, muerte y resurrección.
Getsemaní: Jardín al pie del Monte de los Olivos, donde Jesús oró la noche antes de su crucifixión.
Gólgota (también conocido como Calvario): Lugar de la crucifixión de Jesús.
Emaús: Lugar donde Jesús se apareció a dos de sus discípulos después de su resurrección.
La Crucifixión y Resurrección
La crucifixión de Jesús bajo el prefecto romano Poncio Pilato es un hecho histórico generalmente aceptado. Los cristianos creen que su muerte fue un sacrificio expiatorio por los pecados de la humanidad y que su resurrección tres días después es la confirmación divina de su mesianismo y señorío. Este evento es el núcleo del mensaje cristiano y la base de la fe cristiana.
Expansión y Desarrollo Tempranos
Después de la resurrección de Jesús, sus discípulos comenzaron a predicar su mensaje, primero entre los judíos y luego entre los gentiles (no judíos). La misión de Pablo de Tarso, un judío convertido al cristianismo tras una experiencia visionaria de Cristo resucitado, fue crucial para la expansión del cristianismo en el Imperio Romano. Pablo fundó comunidades cristianas en Asia Menor, Grecia y Roma, estableciendo el cristianismo como una religión universal, no limitada al pueblo judío.
Persecuciones y Legalización
Los primeros cristianos enfrentaron persecuciones por parte de las autoridades judías y romanas, que veían en el nuevo movimiento una amenaza al orden establecido y a la pax romana. Sin embargo, la fe cristiana continuó expandiéndose, atrayendo a seguidores de diversos estratos sociales. En el año 313 d.C., el Edicto de Milán, promulgado por el emperador Constantino, concedió libertad de culto a los cristianos, lo que significó un punto de inflexión para el cristianismo, conduciendo eventualmente a su establecimiento como religión oficial del Imperio Romano.
Conclusión
Los orígenes del cristianismo se encuentran profundamente enraizados en el contexto judío del primer siglo, marcados por la figura histórica de Jesús de Nazaret. A través de su predicación, muerte y resurrección, se estableció una nueva fe que, con el paso del tiempo, se expandió más allá de sus raíces judías para abrazar a gentiles de todo el mundo romano, transformándose en una de las principales fuerzas religiosas, culturales y sociales de la historia humana. La evolución del cristianismo desde sus inicios hasta convertirse en una religión mundial es un testimonio de su impacto perdurable en la civilización occidental y más allá.